El Dr. Raúl Morales Segura es una figura destacada en el ámbito de las Ciencias Químicas y Ambientales en Chile. Licenciado y Doctor en Ciencias con mención en Química por la Universidad de Chile, ha desarrollado una trayectoria académica e institucional ejemplar, vinculada por más de cinco décadas a esta casa de estudios. Se incorporó como académico en el año 1977 y alcanzó la categoría de Profesor Titular en año 2002.

Su formación se ha enriquecido con estadías internacionales de alto nivel, entre ellas una pasantía en la Universidad Autónoma de Madrid y una destacada estadía postdoctoral en Princeton University (EE.UU.), gracias a becas del Gobierno Español y del Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD). A lo largo de su carrera, ha liderado iniciativas claves para el fortalecimiento de la docencia y la investigación en ciencias. Fue impulsor de la Carrera de Química Ambiental (1995), así como de la Pedagogía en Ciencias con mención en Física y Matemática (2005), y participó activamente en la creación del Programa de Bachillerato de la Universidad de Chile.

Ha ejercido importantes responsabilidades institucionales, como Director Ejecutivo del Centro Nacional del Medio Ambiente (CENMA), Director del Centro de Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias, Senador Universitario, y Presidente del Consejo Nacional de Decanos de Ciencias del CRUCH. Asimismo, ha representado a la Universidad de Chile en foros académicos nacionales e internacionales, siendo profesor visitante en reconocidos centros de investigación en Japón y España, y conferencista en universidades de Europa, Sudamérica y el Caribe.

La trayectoria del Dr. Morales se distingue por su excelencia científica, su profundo compromiso con la educación pública y su capacidad de liderazgo estratégico, lo que lo posiciona como un referente clave en el desarrollo de la ciencia y en la formación de profesionales preparados para enfrentar los desafíos ambientales del siglo XXI.

Pero más allá de sus múltiples logros, el Dr. Raúl Morales encarna los valores esenciales de la labor académica: la humildad intelectual, la generosidad con sus estudiantes y colegas, y una profunda pasión por la ciencia como herramienta de transformación social. Su ejemplo inspira a nuevas generaciones a cultivar el conocimiento con rigor, pero también con humanidad, vocación de servicio y amor por el país.